4 nov 2008

R.E.M, Kaiser Chiefs,Bloc Party y The Mars Volta en Buenos Aires (01/11/08- Personal Fest)


El sol calentaba nuestras cabezas en una tarde de sábado que parecía cocinar a fuego lento nuestros oídos con la intensa música que se hizo escuchar en el Club Ciudad de Buenos Aires.
¿La concurrencia? Magnifica, ya que a pesar de que todavía no se había escondido el sol, la gente esperaba ansiosa el delirio musical.
Y así comenzó, a las 7 de la tarde, con un calor agobiante, The Mars Volta se presentó en el escenario. Una banda que hizo destornillarnos con su rock progresivo experimental, en la fusión de sus sonidos. Una presentación frenética y con gran energía. La batería en todo momento provocaba sonidos estrepitosos y poco a poco perforaban nuestras cabezas. Una energía en esa batería pocas veces vista antes. En el bajo Omar Rodriguez-López, el excéntrico músico no paraba de moverse al compás de la música y su instrumento. Donde con piruetas, parecían formar una sola cosa: un arma para nuestra conmoción musical. El cantante, Cedric Bixler-Zavala, nos exaltó con ese micrófono que iba de un lado para el otro todo el tiempo. También se dio el lujo de las piruetas y hasta se acerco al fondo del escenario para hacer algo propio del Rock and Roll: comerse parte de la escenografía– literalmente-. Hasta ese momento todos pudimos pensar y asegurar que, el rock en serio y bueno estaba presente en ese lugar.
Luego de Mars Volta, le toco el turno a los británicos de Bloc Party, donde con sonidos más ordenados y clásicos; y con un gran carisma el vocalista, Kele Okereke, hizo que el publico, empezara a saltar con sus grandes hits como: Banquet y Helicopter.
El Indie rock de Bloc Party, ya es un clásico innovador. La fusión perfecta de voces, guitarra, batería, y un sol que se escondía en un atardecer maravilloso; nos hacían notar que esta banda en crecimiento sabe muy bien como ofrecernos gratos momentos para nuestros oídos.
Más tarde, y ya de noche, fue el turno de Kaiser Chiefs. Otros britanicos en el escenario que harían mover el esqueleto con grandes canciones como “Ruby”, “I predict a Riot”, y “Everyday I Love You Less and Less”. La premisa de Ricky Wilson de volvernos locos se cumplió a la perfección. La gente no podíadejar de saltar con esas grandes canciones y la energía que se trasmitía desde el escenario.
Ya con una noche perfecta, la espera terminaba y el presente era deseado. A las 22:10, como estaba previsto, R.E.M se hizo presente. Arrancaron con canciones del último disco y demostraron que la noche iba a corromper la pasividad de las 35 mil personas presentes en el Club Ciudad.
Un show extraordinario, un Michael Stipe totalmente carismático pregonaba el furor de sus voz. Llegaba el momento de grandes clásicos de R.E.M como “Electrolite”, “Bad Day”, “Its the end of the world…” “Imition of life”. La intimidad del público con la banda era absoluta.
Llegaba el momento de grandes actuaciones como “Orange Crush” donde Stipe, con la ayuda de un megáfono hizo su mejor interpretación. El público extasiado saltaba en un sin fin infinito. Luego, la pasividad llegó con “Everybody hurts” esa canción que acompaño en la obscuridad de la noche a miles de estrellas nostálgicas.
Para el cierre lo mejor, por supuesto, un “Losing my religion” ,que fue esperado toda la noche descolló en el final. Las mejores notas de un hit que hizo estremecer millones de almas desde que salió de las cabezas de los R.E.M , lo volvió a hacer de manera sincrónica esa noche. Como si el tiempo no pasara, como si la música fuera eterna, “Losing My religion” desbarato la racionalidad.
El cierre final con “Man on the moon” encendió la chispa en ese momento. La guitarra de Mike Mills acrecentaba la locura.
Así fue que un sábado como cualquier otro, simplemente, un par de canciones, un par de bandas; llevaron al borde de la locura a casi 35 mil personas.