Lluvia que caes, calles acariciadas por el agua.... agua que apaga el fuego de la ciudad.
Día lluvioso en la ciudad de Buenos Aires, aquí no hay donde esconderse. Esperé el colectivo bajo un pequeño espacio, y aun así una gota golpeo mi mejilla. Fue la primera, porque, después, como en sincronía violenta, una tras otra abusó de mi sequedad.
Resignada pude subir al colectivo, allí una piña agobiante de humedad impactó sobre mi cuerpo cansado de la mañana.
Minutos pasaron, el viaje en colectivo parecía interminable. Gente y mas gente subía a ese transporte infernal. Ventanas cerradas... el recambio de aire no existía.
Llegué a Congreso. Una pequeña sonrisa en mi rostro. Sabía que me faltaba poco para llegar. La 9 de julio y después si, el lugar donde tendría que bajar: Plaza de Mayo.
8 y cuarto. Mas gente subía... ¿Cómo mierda entra tanta gente en tan pocos metros?
Subí el volumen de la música que escuchaba y traté de escaparme del calor. Imagine el invierno mas frío, el viento mas fuerte, los grises mas intensos. La canción perfecta para mi frío fue Sing de Travis....
Llegue a mi bajada, la tan esperada pero ya no tan deseada. Wou , mi mente lograba cualquier cosa...
Camine por las calles para llegar a mi lugar de trabajo. Y de vuelta el calor. Pareciera para mi sola en este mundo que el calentamiento global había hecho desastres... el cambio climático que sentí fue impresionante.
Al fin llegué al edificio, subí por el ascensor. Al llegar a la oficina todo oscuro ¡no había luz!. Que dilema, ¿a donde volaría mi imaginación esta vez? ¿Con que canción de fondo lo haría? ¿ unas vacaciones en la playa perfecta?